Valoran aprobación de recursos para el manejo del gusano blanco
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Circular, como la propia agricultura. Así puede definirse el camino que ha recorrido Luis Schmidt, tras haber sido presidente de Fedefruta durante diez años, para luego pasar a la presidencia de la SNA y de ahí a China, como embajador. Pero incluso allá, en la otra punta del mundo, permaneció ligado al rubro que lo […]
Circular, como la propia agricultura. Así puede definirse el camino que ha recorrido Luis Schmidt, tras haber sido presidente de Fedefruta durante diez años, para luego pasar a la presidencia de la SNA y de ahí a China, como embajador. Pero incluso allá, en la otra punta del mundo, permaneció ligado al rubro que lo vio nacer: “Como embajador me dediqué a los temas que más sabía, que eran los relacionados al mundo agrícola y trabajé codo a codo con las organizaciones gremiales tratando de abrir mercados, por lo que nunca he estado fuera del sector agrícola”.
Pero a pesar de que, como él mismo lo dice ha “regresado a la casa”, lo cierto es que no se trata exactamente de la misma: han cambiado los focos de la industria nacional. A primera vista, sobresale el hecho de que en aquella época, entre 1997 y 2006, los principales destinos eran Estados Unidos y Europa. “Hoy día el foco está en Asia para los productos agrícolas y para los alimentos en general, porque tiene la mayor población del mundo, tiene la menor cantidad de terreno agrícola del mundo, con un descenso de un 6,7% porque se están llevando 30 millones de chinos todos los años del campo a la ciudad”.
Respecto de la gran oportunidad que tiene Chile con sus alimentos, Schmidt lo ilustra con números. “En 1992 no existía comercio con Asia, pero la situación ha cambiado; el año pasado se enviaron casi 500 millones de dólares en cerezas; además con las uvas, los incipientes envíos de palta y ciruelas hacen un total de 750 millones de dólares en exportación de fruta en China, que nos hizo desplazar a los grandes proveedores en esos rubros que eran Estados Unidos, Vietnam, Malasia. Hoy en día el primer lugar lo tiene Filipinas y en segundo lugar estamos nosotros”.
CAMBIOS ESTRATÉGICOS
Si bien para la fruticultura los últimos años han sido complejos, Schmidt llama a aprovechar el tipo de cambio actual y modernizarse para enfrentar los nuevos desafíos. “Hoy se requieren plantaciones en alta densidad, amigables con los trabajadores; reconvertir una gran variedad de productos que en algún momento fueron la lumbrera como las manzanas o la uva, que eran los grandes señores de la fruta y hoy han sufrido con los cambios. La fruticultura los ha golpeado tremendamente fuerte. Hoy necesitas variedades que lleguen en buenas condiciones luego de largos viajes de 35 días mínimo a Asia, por lo que es necesario una logística adecuada”.
Por eso es que el nuevo presidente de Fedefruta hizo hincapié en el recambio. “Existen nuevas variedades, existe desarrollo en Chile, las universidades tienen nuevos planes y nos tenemos que creer el cuento. Hoy día somos el mayor productor y exportador de fruta del hemisferio sur y debemos reaccionar en base a eso. Nosotros exportamos valor agregado, que es llegar a un mercado tan alejado como es Asia con un producto recién cosechado y eso requiere investigación y desarrollo, logística, mejores fletes, mejores embalajes; esto es una industria por lo que debemos trabajar codo a codo con el resto de la cadena y eso está cambiando rápidamente”.
Schmidt plantea que actualmente la vanguardia la han tomado las cerezas, los nogales y el avellano europeo, especies nuevas que se han ido introduciendo y que le están dando mucha satisfacción a la gente que creyó, invirtió y se puso a trabajar en eso. “La uva, las manzanas y los kiwis tienen las mismas posibilidades, lo que pasa es que se quedaron atrás y no hicieron el trabajo en su debido momento y hoy es el minuto de hacerlo. Muchos partieron hace tres años y son quienes van hablar de las nuevas variedades de uva de mesa, manzana y kiwi los próximos años, ya que hoy no ganas nada con producir ni siquiera donde tienes ventajas comparativas”.
Por eso no es casualidad que ante la pregunta de cuál será el sello de su presidencia, Schmidt no tenga dudas en su respuesta: la modernización e innovación de la industria frutícola. En línea con ese deseo, Schmidt también tiene un pedido al SAG, para que otorgue mayor facilidad para ingresar nuevas variedades para no quedar atrasados.
Tal y cómo plantea, la industria frutícola enfrenta constantes cambios a los que se debe adaptar con la mayor rapidez. Un ejemplo concreto es que este año se adelanta el año nuevo chino al 28 de enero. Esto implica un verdadero desafío para el sector de las cerezas: “tenemos que agilizar la logística del traslado. Es una fecha muy relevante, porque todos los chinos viajan a ver a sus familias y les llevan regalos, y las cerezas es un producto muy apreciado. Es consumido por personas con alto estándar, le gusta el color, porque el rojo les da suerte y es un regalo muy apreciado”.
Respecto a nuevos mercados, Schmidt plantea que la industria frutícola se debe enfocar de manera global, sin desestimar ninguna opción: “tenemos que pensar ¿qué estamos haciendo en África? El mundo está lleno de oportunidades y tenemos que tomarlas y apropiarnos de eso”.
SOBRE LAS REFORMAS
Si años atrás, el tema recurrente con cualquier referente de la industria frutícola nacional era el tipo de cambio, desde hace un tiempo existen dos aspectos que resultan ineludibles: la Reforma al Código de aguas y la Reforma laboral. “Para poder invertir, la fruticultura necesita la seguridad de tener agua. Mientras esto no se clarifique, se va a frenar la inversión agrícola. Hoy en día la agricultura está en un buen pie porque tiene un dólar alto, pero no se puede invertir si no se tiene seguridad de los derechos de agua”.
Y en relación a la Reforma Laboral, Schmidt comenta que el proyecto no plantea nada de incorporar a los jóvenes y a las mujeres, con lo que sus principales críticas apuntan a que hubiera deseado una legislación más moderna. “En el caso de la fruticultura nos vamos a tener que preocupar de problemas que antes no nos habíamos preocupado. La legislación laboral no reconoce la realidad agrícola, creamos el estatuto del temporero; existe acuerdo con los sindicatos agrícolas, entre los empleadores y el gobierno no avanza”.
Otro de los puntos conflictivos y que tuvo en vilo a todo el sector fueron los paros portuarios. Luis Schmidt valora el trabajo realizado por sus antecesores, quienes se reunieron con los representantes de los puertos, vieron las condiciones de trabajo y los invitaron a que vean la realidad de la industria frutícola. “La gran ventaja comparativa que tiene Chile es que está alejado de los grandes mercados del mundo, por lo que una cadena logística nos permite llegar en el día adecuado a los diversos mercados del mundo. Pero cuando existe un paro portuario no llegamos a los mercados internacionales y le compran a otro por lo que tenemos que trabajar en conjunto, que ellos conozcan nuestra realidad, que vean que tenemos un producto perecible y no se puede exportar. Voy a continuar con el trabajo que comenzaron mis antecesores”.
VISIÓN DE FUTURO
El nuevo presidente de Fedefruta tiene una visión muy clara de las acciones que tiene que realizar la fruticultura nacional para mantener su prestigio a nivel internacional, mediante la innovación y modernización en los cultivos. Por eso Schmidt proyecta que el sector debería crecer alrededor del 6%, ya que los últimos años la fruticultura no estaba creciendo en volúmenes de producción y tipo de cambio. “El 2013 tuvimos 2.700 toneladas de fruta exportada, el 2014 exportamos 2.365 toneladas y el 2015 a 2.400 toneladas; pensamos en llegar en esta temporada a 2.600 toneladas. Las condicionantes están dadas y la gente está plantando”.
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Robert Edition
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