Camino del cambio
Siendo la industria vitivinicola tan importante como es en nuestro país, el rol de los viveros entonces se vuelve fundamental. En esta nota Samuel Barros, analiza esta gestión.
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La temporada 2017- 2018 se caracterizó por una elevada producción de cerezas, lo cual repercutió significativamente sobre la condición productiva de las plantas, reflejado en un menor contenido de reservas, menos yemas florales y, adicionalmente, una menor cantidad de flores por yema. En definitiva, se espera para esta temporada una carga de flores considerablemente menor […]
La temporada 2017- 2018 se caracterizó por una elevada producción de cerezas, lo cual repercutió significativamente sobre la condición productiva de las plantas, reflejado en un menor contenido de reservas, menos yemas florales y, adicionalmente, una menor cantidad de flores por yema. En definitiva, se espera para esta temporada una carga de flores considerablemente menor que años anteriores. Para enfrentar esta situación es de vital importancia poner énfasis en los manejos agronómicos enfocados en asegurar un buen nivel de cuaja de las flores, lo cual está determinado por flores de buena calidad, dado por un nivel adecuado de reservas (almidón) y por una acabada diferenciación floral garantizada por el cumplimiento de los requerimientos de frío durante el receso invernal; sincronía de la floración entre los polinizantes; ausencia de heladas y lluvias, lo cual permite prolongar el periodo efectivo de polinización y asegura el correcto vuelo de las abejas, disminuyendo también la incidencia de enfermedades; aplicaciones foliares de productos hormonales y algunos correctores nutricionales que promueven o desencadenan las rutas metabólicas que favorecen la fecundación. De acuerdo con lo anterior, los manejos debiesen estar enfocados en disminuir los impactos negativos provocados por las eventualidades climáticas en el momento de floración, específicamente el manejo de enfermedades en floración, así como también apoyar el metabolismo interno mediante la aplicación de bioestimulantes y correctores que aumenten el porcentaje de cuaja.
MANEJO DE ENFERMEDADES EN FLORACIÓN
En relación al desarrollo de enfermedades en floración, resulta relevante destacar que períodos de temperaturas cálidas a salida de invierno, seguidos de eventos de precipitaciones como los ocurridos entre mediados y fines de agosto resultan perjudiciales a nivel irreversible para la planta, quedando los órganos muy sensibles y expuestos al ataque de distintos tipos de patógenos. Las condiciones climáticas antes expuestas, que conjugan altas temperaturas y agua libre producto de las precipitaciones, permiten el aumento en la cantidad de inóculo de patógenos como Botrytissp. y Moniliasp. en el huerto. En el estado de flor, estos patógenos son responsables de la enfermedad conocida como tizón de flor, que se caracteriza por un rápido atizonamiento de las flores, que adquieren una coloración café clara y permanecen adheridas a las ramillas por largo tiempo, convirtiéndose en un nuevo reservorio de inóculo.
En términos de manejo, dado que el tizón de la flor es irreversible, el enfoque se centra en disminuir la carga de patógenos para lo que viene en la temporada y proteger aquellas flores sanas, por lo que además de las tres aplicaciones de flor (inicio de flor, plena flor y caída de chaqueta), se recomienda la aplicación posterior al evento de precipitaciones de fungicidas con actividad para ambos patógenos, alternando moléculas y mecanismos de acción de los principios activos utilizados entre las distintas aplicaciones. Las precipitaciones en floración por lo general no vienen solas. Son acompañadas por heladas que, dependiendo de su intensidad y duración así como también del estado de desarrollo de las yemas, determinarán el nivel de daño.
Temperaturas bajas extremas dañan los tejidos leñosos de las ramas y según la intensidad del frío, los troncos se congelan, generando heridas en la madera que permiten que bacterias como Pseudomonassyringaepv. syringae(Pss) ingresen a la madera y que prolifere, en caso de presentarse temperaturas por sobre 18°C.Pss, agente causal de la enfermedad conocida como cáncer bacterial, se caracteriza por la formación de cancros en la madera, exudación de goma, reducción del crecimiento y de la carga frutal, terminando incluso con el colapso total de la planta.
En floración y tal como los hongos Botrytissp. y Moniliasp., Pss es considerado como uno de los microorganismos involucrados en el tizón de la flor en carozos. Dado que los productos utilizados para el control de Botrytissp. y Moniliasp. no son efectivos en el control de Pss, es que se recomienda, en campos con alta presión de la enfermedad, complementar la aplicación de fungicidas con la aplicación de cobres pentahidratados o antibióticos en estado de inicio de flor.
PRODUCTOS PARA AUMENTAR LA CUAJA
En cerezo se recomienda aplicar desde inicio de flor (5-10% de flores abiertas) correctores nutricionales en base a zinc y boro, especialmente aquellos que vienen complejados con moléculas permeables que favorecen la absorción a través de la cutícula. Estos micronutrientes son esenciales en esta etapa debido a que participan directamente del desarrollo de los órganos reproductivos. El zinc interviene en la ruta de síntesis de auxinas, las cuales participan como promotores de la cuaja. El boro, por su parte, participa en el crecimiento de tubo polínico. Si la planta se encuentra con problemas de deficiencia de estos micronutrientes, aumentará el aborto floral y la caída post-cuaja. Esta aplicación, por lo general, se debiese repetir al cabo de una semana. Es aconsejable que, junto a las aplicaciones de estos micronutrientes, se incorporen productos con efecto auxínico para favorecer la elongación celular, así como también productos que contengan niveles adecuados de brasinoesteroides para promover la germinación del polen. Actualmente, se ha comprobado in vitro, el efecto positivo que poseen las giberelinas y citoquininas sobre el crecimiento del tubo polínico con aplicaciones en botón, sin embargo, es necesario seguir desarrollando estos prospectos en distintas condiciones productivas.
Muchos de los productos en base a extractos de algas contienen mezclas de auxinas, citoquininas y giberelinas, y tienen por objetivo estimular la división y elongación celular, lo cual favorece el desarrollo del frutito recién cuajado para evitar la caída post-cuaja. Idealmente, se recomienda un programa de aplicación de estos bioestimulantes en momentos claves de la floración: i) ramillete expuesto, ii) inicio de floración (10% de flores abiertas), iii) plena flor (más del 50% de flores abiertas, que pueden coincidir con la segunda aplicación de zinc y boro) y iv) caída de chaqueta, que coincide con las fechas de aplicación de fungicidas.
MANEJOS ASOCIADOS A EVENTOS DE HELADAS
En términos productivos, como control pasivo se recomienda mantener el suelo libre de malezas y evitar el laboreo excesivo, ya que un suelo no laboreado y libre de malezas permite una entrega calórica a las plantas, lo que atenúa los efectos de las bajas temperaturas. Además, es importante que el manejo nutricional en postcosecha genere un alto contenido de almidón en flores puesto que una mayor concentración de solutos genera un descenso del punto de congelación del agua.
Como control activo, es decir, las acciones realizadas al comienzo y durante la ocurrencia de una helada, se recomienda mantener el suelo húmedo para aumentar su capacidad calórica y la aspersión de agua al follaje, ya que es un manejo práctico y de fácil acceso a un mediano productor. La aspersión de agua se basa en que la congelación del agua en la superficie de las hojas libera energía calórica, la cual es utilizada por la planta para amortiguar el descenso de temperatura. La aspersión debiese comenzar cuando la temperatura baje de 1°C y debe mantenerse sin interrupción hasta después de la salida del sol. Estas prácticas están enfocadas hacia productores que no cuentan con sistemas de control más sofisticados, como hélices para invertir las capas de aire, uso de helicópteros y de cubiertas o rafias anti lluvias.
De acuerdo a la información entregada, resulta de gran importancia tener en consideración los puntos abordados para mitigar el efecto que tuvo la elevada carga frutal la temporada anterior. La capacidad de respuesta por parte de los productores ante esta situación será determinante para asegurar una carga frutal mínima que garantice suplir los costos a nivel intrapredial.
Escrito por: Valeria Aarriagada, Investigadora Lagric
Jaime Otárola, Investigador CER
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Robert Edition
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