Atentos a las fases de desarrollo
Manejo de plagas en cítricos en un contexto de cambio climático: la importancia de la fenología de las plagas.
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Un fundo que sumaba más de 4.000 hectáreas y se dedicaba principalmente a la siembra de arroz, carbón y ovejería, además de algo del rubro vitivinícola. Así fue como comenzó la historia de Hacienda Los Quillayes, que hoy cuenta con cuatro áreas de negocio y que, si bien mantiene su sello familiar, busca mantenerse a […]
Un fundo que sumaba más de 4.000 hectáreas y se dedicaba principalmente a la siembra de arroz, carbón y ovejería, además de algo del rubro vitivinícola. Así fue como comenzó la historia de Hacienda Los Quillayes, que hoy cuenta con cuatro áreas de negocio y que, si bien mantiene su sello familiar, busca mantenerse a la vanguardia en tecnología, innovación y prácticas que mejoren la eficiencia.
Han pasado 68 años desde que en 1949 Eugenio Tagle Valdés creara la compañía, y todo ese tiempo ha moldeado la empresa. La fruticultura se transformó en el principal rubro, acompañado por el área vitivinícola, de cultivos y forestal. Hoy quien se encuentra a cargo es Fernando Tagle, el menor de los cuatro hijos de Don Eugenio, quien se incorporó a la empresa en 1976 por una coyuntura familiar.
Según recuerda, cuando entró a la universidad pensó que debía estudiar una carrera distinta, por lo que optó por Ingeniería Comercial y Economía, área en la que se especializó en Oxford. Al regreso se dedicó por varios años a su profesión hasta que sus hermanos le pidieron que se hiciera cargo de los campos. Se trataba de un área que siempre le había gustado, por lo que fue fácil aceptar el desafío.
Hoy Don Fernando trabaja en conjunto con hijos y sobrinos, quienes a sus ojos le han aportado energía y competencias a la gestión de la compañía, donde también están incorporados en el manejo de finanzas, exportaciones y ventas de vinos.
Un sello innovador
En una propiedad que tenían en Malloco, Don Eugenio fue uno de los primeros exportadores de uva de mesa, en una época donde no se tenía mucho conocimiento respecto de este frutal. Así fue como comenzaron a traer asesores para resolver los problemas que se iban presentando, desde cuestiones de manejo hasta plagas. De esta manera es como Fernando Tagle se refiere al espíritu que los caracteriza, ya que en la medida de lo posible han ido innovando.
Hoy se encuentran ubicados en Sagrada Familia, Región del Maule, donde la uva de mesa no funcionaba, ya que en marzo siempre llovía. Se vieron en la obligación de buscar nuevas alternativas, con lo que llegaron a la ciruela, siendo los primeros en incorporar esta especie en la zona.
Posteriormente introdujeron la cereza, la gran estrella en la actualidad. “La gran limitación histórica que teníamos con la cereza era el tema del frío. Empezaron a aparecer otras variedades con menos requerimientos de frío o tecnologías con las que se podía compensar la falta de temperatura. Por eso nos metimos en las cerezas”, indica Fernando sobre el frutal en el que buscan sacar aún más provecho.
Ubicación privilegiada
Un total de 130 hectáreas son las que ocupan los frutales en el esquema de la compañía, de las que 80 corresponden a cerezos y 50 a ciruelos. A ellas se suman 230 hectáreas de viña, 200 de cultivos y 1.600 de bosque.
Pero los planes apuntan a más en el caso de las cerezas ya que aspiran a triplicar la producción en los próximos cuatro ejercicios. Asimismo, parte del plan apunta a potenciar la zona temprana en la que se encuentran. Royal Dawn, Santina y Lapins son las variedades de cerezas con las que cuentan hoy en día, a las que buscan sumar nuevas variedades igual o aún más tempranas.
“Esta zona es temprana y queremos potenciar eso. Estamos en conversaciones con viveros y también estamos viendo un proyecto de cultivo forzado de cerezo bajo invernadero para adelantar más la cosecha. Estamos ubicados en una zona temprana y queremos sacarle el mayor provecho a ese plus”, comenta Samuel Venegas, gerente de producción de la empresa.
Así es como se encuentran evaluando las variedades precoces del Vivero Requínoa, las que salen una semana antes que la Royal Dawn. Si bien el desafío de la industria frutícola al buscar nuevas variedades pasa por las condiciones de viaje, para esta empresa un punto aún más relevante es la precocidad; y es que dada su ubicación requieren tener un abastecimiento lo más temprano posible. A ello se suma la buena respuesta de los mercados a los primeros despachos. Según cuenta Venegas cualquier variedad temprana que sea más grande, dulce, crocante y con el pedúnculo más largo, aunque no sea tan viajera, se manda por avión, con lo que se logra una buena aceptación y precio favorable.
Exportación propia
Hace tres años Hacienda Los Quillayes decidió dar un gran paso en su esquema y hacer envíos propios, creando la exportadora LQ Fruit. Según recuerdan, le entregaban fruta a las grandes empresas chilenas pero tenían capacidad, y sobre todo, conocimiento sobre estos procesos.
El primer año comenzaron con dos variedades de ciruela y dos de pera, enviando el 30% de su producción. Sin ninguna experiencia anterior, obtuvieron mejores resultados que el promedio de la industria tradicional. Al siguiente año decidieron exportar el 50% de sus ciruelas y el 50% de sus peras y al tercer año se dieron cuenta que eran capaces de enviar toda su fruta. “Habiendo tenido aciertos y desaciertos nuestro promedio siempre fue mejor que el que lograban las exportadoras tradicionales de Chile. Ahí decidimos exportar el 100% de nuestra fruta, que consistía en ciruelas, peras y estaba comenzando la cereza. Hoy el fuerte van a ser las ciruelas y las cerezas”, explica Venegas.
Concentrados en China
Estados Unidos y Brasil forman parte de la paleta de mercados a los que esta empresa envía las cerezas, pero los ojos están puestos en China, donde se concentran el 86% de las exportaciones de este frutal. LQ Fruit es una marca reconocida en el gigante asiático ya que han creado vínculos estrechos con los clientes, quienes conocen el campo, la fruta y la planta donde se empaca. Esto hace pensar a Don Fernando y a Samuel que, ante un eventual boom de fruta, igualmente los clientes elegirían la suya.
Si bien hay terreno ganado en este destino, advierten que aún hay espacio por conquistar. La cereza nacional, a nivel general, está siendo bien promocionada por el comité de esta fruta, pero a su vez Hacienda Los Quillayes le ha pedido a sus recibidores que hagan una mayor distribución, ya que ellos también están interesados en que aumente el volumen. Hace unos años viajaron a este destino para conocer cómo se manejaba el tema en las ciudades interiores y se dieron cuenta que en realidad se trata de los mismos recibidores. Según comentan, los chinos seleccionan distintas especies de fruta y mandan camiones al interior, con lo que han logrado abastecer en forma eficiente a los supermercados, hoteles y mercado mayorista.
“Hay una segmentación bastante interesante en China. Ellos compran la fruta, llega a sus plantas y la segregan para supermercados, vendedores locales, cadenas de hoteles y mercados más especializados. Ellos están desarrollando el mercado y creo que tenemos la posibilidad de crecer mucho en cerezas”, cuenta Venegas y agrega que si bien el desafío es crecer en volumen, es algo que debe ir de la mano con la buena calidad para así no perder el valor de marca que han ganado.
Y es que precisamente la calidad es la que permite obtener buenos precios en este mercado. La cereza temprana puede alcanzar un valor tres veces más alto siempre y cuando se trate de un calibre grande, equivalente a 30 milímetros. “Cuando hablamos de precios altos que pagan el transporte aéreo estamos hablando de calibres grandes. No es que los chinos estén dispuestos a pagar un precio alto por una fruta de tamaño mediano”, advierte Don Fernando.
A prueba y error
“Las cosas que no dan hay que arrancarlas”. Esa es la contabilidad de costos a la que la empresa llegó hace unos años y es lo que han tenido que hacer el último tiempo con las peras, cuya superficie hoy ocupan cerezos y ciruelos.
“Creo que no había las condiciones adecuadas para las variedades de peras que teníamos y hubo un error de nuestra parte de plantar unas variedades que no eran para la zona”, analiza Don Fernando. Agrega que, si bien a nivel general la fruticultura chilena es de contraestación, cuando hay fruta que se puede guardar todo el año, esta ventaja se termina. Y esto es lo que ha pasado con la pera en Europa.
Este frutal no es el primero que han debido arrancar por falta de resultados, ya que hace un tiempo experimentaron con los berries (frutillas, frambuesas y moras hibridas) sin el éxito esperado. Sin embargo, no se cierran a ninguna posibilidad. Hoy en día estudian la incorporación del arándano a su paleta de frutales ya que se han desarrollado variedades que se encuentran en zonas cálidas y tempraneras que han obtenido un buen resultado económico.
Ciruela: Una opción para la mano de obra
Durante muchos años la fruta de carozo apuntaba a los calibres y la apariencia, aspectos que a juicio de Tagle no funcionaron. Por eso es que ahora en lo que respecta a las ciruelas buscan variedades que cumplan dos requisitos: calibre y buen gusto.
Así es que se encuentran analizando algunas variedades que han tenido buena aceptación en el mercado y un precio sobre la media. Gracias a este frutal es que la empresa puede asegurar un periodo más largo de trabajo a la mano de obra: la contratan para el raleo, luego pasa a la cosecha de cereza y posteriormente a la de ciruela. A juicio de Venegas se están viendo afectados por una escasez de mano de obra dado que hay menos gente que va a trabajar al campo. A ello se suma el hecho de que se está incrementando la superficie de frutales por lo que hay una mayor demanda de gente. De esta manera es como se han visto en la obligación de buscar alternativas que permitan mejorar la eficiencia, donde el diseño de huerto ha cobrado vital relevancia.
Sin mecanización y con eficiencia
En el hemisferio norte, una vez que cosechan la fruta debe pasar apenas un día para que el consumidor pueda acceder a ella. Acá en cambio, debe viajar unos treinta días hasta llegar a destino en óptimas condiciones, lo que se contrapone a la cosecha mecanizada. Con la cosecha manual como condición excluyente, Hacienda Los Quillayes busca la forma en que sea más eficiente y la mano de obra pueda tener una mejor productividad.
“Hoy en día el recurso humano en el campo es el 65% de nuestros costos. Cuánto es lo que rinde un trabajador en el día: eso es lo importante en los costos. Cómo hacemos para que el trabajador pueda podar más plantas, pueda cosechar más kilos”. Este es el cuestionamiento que se hacen en la compañía y la respuesta pasa por los sistemas modernos y huertos peatonales que permitan realizar las labores de manera más simple.
Además de contar con los sistemas de conducción UFO, KGB y de doble cortina, que están implementando tanto en cerezas como en ciruelos, se encuentran trabajando con variedades y patrones con combinaciones de bajo vigor y pensando todos los campos nuevos como huertos peatonales. Se trata de una tendencia que viene hace tiempo y sobre la que aún falta investigar.
Según recuerda Venegas, hace veinte años los manzanos en Curicó estaban plantados en 5×3 con patrones M111 y hoy se ven huertos de 3,5×1 con patrones enanizantes. “Está todo el mundo entendiendo la facilidad y la eficiencia de la mano de obra”, sentencia.
Bajo el sello innovador que los caracteriza y con el objetivo de mejorar la eficiencia, otro aspecto clave ha sido la incorporación de tecnología. El campo siempre ha tenido registro de la producción de los trabajadores, una labor que se hacía de forma manual. Pero hace dos temporadas que han adquirido sistemas de control electrónico, en el que los trabajadores llevan una pulsera que transmite vía telemetría la producción diaria de cada uno de ellos. Así tienen una recolección instantánea de información de cosecha y saben cuánto está rindiendo cada persona y cada cuadrilla.
Asimismo, los camiones cuentan con un GPS que les permite tener conocimiento sobre los lugares por donde andan, la velocidad y el tiempo de llegada a la planta. El objetivo de esta tecnología pasa por mejorar la eficiencia y aumentar los porcentajes de embalaje ya que se perdía mucha fruta producto de la alta velocidad de los camiones, con lo que además sufrían golpes.
Combatiendo las heladas
En el año 2008 realizaron estudios sobre las probabilidades de ciertos eventos climáticos. Los resultados arrojaron que la posibilidad de que ocurrieran heladas de primavera y lluvias en el mes de noviembre eran bajas. Sin embargo, en los últimos cinco años siempre ha habido lluvia en la cosecha.
Advierten, además, que las heladas de fines de julio o principios de agosto, que antes no les afectaba, hoy en día los encuentra con la planta ya en actividad, con la yema en puntas verdes. El año pasado registraron una helada de -2,2 °C en un momento en que la planta estaba sensible, con lo que tuvieron un 60% de pérdida en la ciruela y alrededor de un 30% en la cereza.
Así es que se encuentran evaluando tecnologías para hacerle frente al cambio climático, como el control de heladas con aspersión y molinos de viento. Asimismo realizan asesorías con Fernando Santibáñez, académico de la Universidad de Chile, para conocer si sus mayores heladas son radiativas o polares y así definir qué método deberían utilizar.
La cereza es una fruta muy sensible a la lluvia, y si bien hay variedades más tolerantes, sufre partiduras. Ello hace menos eficiente el proceso de cosecha y packing, ya que en ambos se debe separar la fruta partida de la que no lo está. Así y todo, por lo general en las cajas de exportación queda fruta dañada, lo que en destino genera reclamos y una baja en los precios. Bajo este escenario un factor de vital importancia es el uso de cubiertas plásticas, las que
Hacienda Los Quillayes ha implementado en todos los huertos de cerezos en producción.Tradición y riesgo son aspectos que se mezclan a la perfección en esta empresa. Aunque no todas las innovaciones han tenido resultados positivos, Fernando Tagle no ha tenido miedo de arriesgarse e incorporar aspectos nuevos. Con la mejora de la eficiencia en el radar y aprovechando su ubicación geográfica sin duda irán por más.
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Robert Edition
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