Factor frío
Los investigadores de AVIUM hacen test para ver el uso de rompedores de dormancia, en distintas fechas y comparten los resultados de estos test en cerezos Santina y Lapins.
Cargando...
No es fácil establecer el impacto de la inversión que realiza un Estado en ciencia y desarrollo. Hay, por supuesto, herramientas estadísticas y formas de medir los resultados en términos económicos o productivos. Pero hay además valores intangibles: cuando un organismo como INIA logra generar conocimiento y tecnología que finalmente llega tanto a los agricultores […]
No es fácil establecer el impacto de la inversión que realiza un Estado en ciencia y desarrollo. Hay, por supuesto, herramientas estadísticas y formas de medir los resultados en términos económicos o productivos. Pero hay además valores intangibles: cuando un organismo como INIA logra generar conocimiento y tecnología que finalmente llega tanto a los agricultores como a los consumidores de alimento, el impacto también se observa en lo sociocultural, ya sea a través del reconocimiento al valor de la ciencia como en el efecto cascada, que lleva a su vez a otros organismos, tanto públicos como privados, a hacer uso de esos avances para así generar progreso colectivo.
Marta Alfaro, Subdirectora Nacional I+D+i de INIA, echa algo de luz sobre el tema al revelar los resultados del estudio encargado al Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias de España (IRTA) y su Centro de Investigación en Economía y Desarrollo Agroalimentario (CREDA), para evaluar el impacto de INIA entre los años 1964 y 2017.
Quedamos muy contentos con los resultados porque demuestran que por cada 100 pesos que el Estado chileno o fuentes de financiamiento han invertido en INIA, la institución genera un retorno de entre 15 y 25 pesos, dependiendo del escenario que se evalúe. Esto es similar a los resultados del INR A (Instituto Nacional para la Investigación Agronómica), en Francia, o UC Davis, de EE.UU.
Otra manera de verlo es a través del stock de conocimiento, es decir, cuál es el impacto que tiene el conocimiento de INIA en el desarrollo económico del sector. En este ítem el estudio indicó que el impacto es de 0,58, lo que demuestra que de cada peso de ingreso que el sector agroalimentario genera, 0,58 pesos se relacionan a los conocimientos y desarrollos de INIA, lo que es alto y muy significativo.
El gran desafío que tiene la agricultura en los próximos años tiene que ver con su sustentabilidad, es decir, cómo producir más alimentos en sistemas productivos que tengan el menor impacto posible, ya sea ambiental o desde la perspectiva del desarrollo social. Si hacemos un zoom en este aspecto, hablamos de la adaptación a los efectos del cambio climático y los impactos a futuro en la disponibilidad de agua para el riego y para la producción en general. El aumento de la temperatura y la combinación de ambos irá generando zonas donde antes era muy común la agricultura y donde se verá limitada la actividad, a la vez que se abrirán posibilidades en otras localidades.
También hay un desafío en cómo los consumidores o la sociedad ven la producción agroalimentaria. Cada vez los consumidores son más exigentes y están pendientes de temas que antes no les preocupaban, como el uso de pesticidas o el maltrato animal, que son temas muy sensibles a nivel internacional. Hay un consumidor que es más exigente y quizás nuestra producción exportadora estaba más preparada para estas demandas, pero ahora esto es también un requerimiento del consumidor nacional.
INIA tiene un rol significativo en el corto y largo plazo. Me refiero con esto a que INIA lleva varios años trabajando en temáticas, como el cambio climático, que hoy día son muy importantes, pero hace diez años no lo eran. Gracias a esa visión ya tenemos disponible material genético, variedades adaptadas a condiciones de estrés hídrico para los productores. De la misma manera, hoy hay que profundizar los trabajos para los próximos años en inocuidad alimentaria, manejo integrado de plagas, con menos uso de pesticidas, y proveer soluciones que sean más amigables con el medio ambiente.
También hay un desafío importante en la generación de nuevos alimentos. Se proyecta que vamos a ser 10 mil millones de personas en el mundo alrededor del año 2045, lo que significa que tenemos que producir más y nuevos alimentos para poder satisfacer la demanda creciente de proteínas que existe a nivel global, y continuar agregando valor a los sistemas tradicionales.
Hay distintas aproximaciones y una de ellas es encontrar ese balance en nuestras investigaciones entre el responder las problemáticas urgentes del sector, y tener una mirada de mediano a largo plazo de los desafíos. La industria está muchas veces pendiente del ahora y no tiene esta mirada a futuro y ahí nosotros cumplimos un rol proactivo.
También hemos reorganizado nuestro trabajo de forma diferente y eso incluye distintos enfoques. Uno de ellos es la declaración de la importancia de la innovación en la cadena de valor y la generación de conocimiento. El INIA genera ventaja haciendo investigación básica, conocimiento aplicado, investigación aplicada, desarrollándolo y haciendo extensión. Por ello, hemos incorporado de manera explícita la innovación en nuestra cadena de conocimiento, ya que una solución tiene valor cuando es adoptada por el agricultor o la industria, que la usa para mejorar sus procesos productivos.
Internamente implementamos una plataforma de Vigilancia Tecnológica, que permite a nuestros investigadores e investigadoras estar siempre al día en lo que va aconteciendo en el sector a nivel nacional e internacional, en cuanto a patentes, negocios, startups, novedades de otras instituciones similares a INIA, entre otros.
Reorganizamos los grupos de trabajo en cuatro áreas nacionales técnicas: Agrosistemas sustentables, A limentos del futuro, Producción animal y Producción vegetal. Además, el área de Extensión y Formación de Capacidades, que es transversal a todo nuestro quehacer. A su vez, hemos formado grupos de trabajo cuyas especialidades son afines en cada área, y si hay una demanda no respondemos solo con capacidades disponibles en cada macrozona, sino con todo el conocimiento que poseemos a nivel nacional.
Anualmente ejecutamos 450 proyectos en promedio, de los cuales 270 aproximadamente son con financiamiento concursable externo nacional o internacional. Desarrollamos proyectos en todas las áreas mencionadas, pero con ejes comunes como son el cambio climático, mitigación y adaptación de la agricultura, el desarrollo de valor agregado en las materias primas tradicionales, en la medida en que buscamos nuevos alimentos, por ejemplo, en nuestra flora nativa nacional, y la incorporación de tecnología.
Existen distintos ángulos. Uno de ellos es cómo el conocimiento se pone a disposición de quien lo va a utilizar, considerando la geografía de Chile y que INIA tiene presencia desde Arica a Puerto Williams. Hay una barrera geográfica importante en la extensión del conocimiento.
También está el hecho de que conocer una tecnología y adoptarla toma tiempo. El estudio de impacto demostró que desde que liberamos un conocimiento toma siete años en promedio para alcanzar la máxima tasa de adopción, entonces es un proceso de insistir constantemente.
Internacionalmente tenemos mucho que avanzar en dar a conocer nuestros productos tecnológicos. Las patentes que tenemos registradas, como Maylen, han tenido excelentes resultados y esta variedad de uva de mesa está presente en 14 países con más de US$ 50 millones en ingresos.
Es innegable que vamos a tener una situación post Covid-19 distinta a las proyecciones del sector antes de la pandemia, y esperamos que haya una disminución en los recursos financieros. Sin embargo, la producción de alimentos ha tomado más valor y apreciación por el entorno en condiciones de cuarentena.
La incorporación de tecnología, en lo que se conoce como agricultura 4.0, va a transformar el sector en los próximos diez años y veremos robótica en las cosechas, sensoramiento para el uso de pesticidas. Ya hay prototipos en curso, pero van a ser más frecuentes.
La presencia de consumidores más exigentes va a cambiar el sector y veremos más requerimientos por productos sin colorantes artificiales, sin aditivos, no procesados; la búsqueda de nuevos alimentos, por ejemplo, la extracción de clorofila desde las praderas del sur de Chile como bioactivo para la alimentación humana, las mismas que hoy son utilizadas para el pastoreo de ganado. Un ámbito y realidad distinta a la que estamos acostumbrados hoy.
Como parte de una coyuntura muy particular, pero también en respuesta a la diferente forma de adquirir conocimiento que tienen hoy los agricultores y que es tendencia desde hace algunos años, INIA debió fortalecer el análisis de extensión y amplificar el número de grupos de transferencia tecnológica.
“Hemos habilitado plataformas digitales que nos han permitido aumentar el número de participantes en nuestras actividades de extensión abierta, ya que no solo hacemos extensión presencial, sino también digital. Ahí tenemos videos, podcasts, webinars, programas radiales que han complementado el trabajo. En 2020 pasamos de 24 mil personas, que es lo que llegamos anualmente de manera presencial en un año común, a 35 mil personas durante la pandemia con un sistema bi-learning de transferencia y extensión. Además, cambiamos nuestra página web y la Biblioteca Digital, la cual tenía una tasa de visitas de entre 240 mil y 270 mil el año pasado, y durante lo que va del 2021 (hasta mayo) ya suma más de 520 mil visitas y 90 mil documentos descargados”, explica Marta Alfaro.
Get the latest news right in your inbox. We never spam!
Los investigadores de AVIUM hacen test para ver el uso de rompedores de dormancia, en distintas fechas y comparten los resultados de estos test en cerezos Santina y Lapins.
A la hora de hablar de exportaciones agrícolas una palabra se viene a la mente: diversificación. Sin embargo, la situación que se da en la realidad es contraria a este pensamiento ya que hoy los envíos nacionales se acumulan en Estados Unidos, Europa y China, mercados que concentran el 65% del volumen de fruta fresca. […]
Este viernes, en Curicó, y con la presencia del Ministro de Agricultura, Antonio Walker, además de los máximos representantes de Asoex y FedeFruta, el Comité del Kiwi (CdK), festejará sus 10 años de vida invitando a sus socios productores y empresas exportadoras. “Esta es una oportunidad para proyectarse al futuro y avanzar en elevar y […]
A writer is someone for whom writing is more difficult than it is for other people.
Continue reading uninterrupted with a subscription
Vestibulum euismod, leo eget varius gravida, eros enim interdum urna, non rutrum enim ante quis metus. Duis porta ornare nulla ut bibendum
Robert Edition
6 minutes ago