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Julio Rodiño Durán

Director Editorial

Edición 138

Las paradojas online de nuestros agricultores

Nos gustaría mucho decir que la adopción de tecnologías online y digitales que ayuden al agricultor en su gestión de compras y comercialización de productos e insumos está entrando fuerte y cambiando el rostro del sector agrícola en todo el mundo. Sin embargo, es uno de los sectores donde la transformación digital está tomando más tiempo. Un estudio pre-pandemia de la consultora McKinsey sobre la adopción de tecnologías en la agricultura europea demuestra que, si bien es cierto que los agricultores son muy “early adopters” (adopción temprana de tecnologías) en áreas claves de su negocio como mejoramiento genético, sostenibilidad, prácticas para mejorar rendimientos y bienestar animal, en otras, en cambio, demuestran ser reticentes para utilizar herramientas online para comprar insumos claves como maquinaria, semillas y fertilizantes. Esta fue la conclusión a la que llegó este estudio realizado el año 2019. Un seguimiento del mismo, realizado en junio del 2020 detectó que, pre-pandemia, el 13% de los agricultores había adquirido en línea algún insumo de los mencionados. Luego, se detectó que a partir de la pandemia al menos la disposición a comprar en línea se había incrementado drásticamente pero que el escepticismo permanecía intacto, lo que refleja que gran parte de ese incremento fue solo forzado por la pandemia.

Los porcentajes de adopción de tecnologías de compras online en Europa difieren bastante de país en país e incluso dentro de cada rubro. Francia lleva la delantera con un 31% en el sector lácteo y le sigue Alemania con un 23% en el sector ganadero, pero ambos países se emparejan en 21% cuando se trata del sector granos. En otros países como Dinamarca, Bélgica, Holanda y España, los porcentajes varían mucho entre sectores, pero puede advertirse que el rango de adopción es mucho menor: entre un 6% y un 13% según rubro o país. Estos bajos porcentajes de adopción en las cifras de compras efectivamente realizadas se disparan hasta llegar a cerca del 90% cuando se trata de investigar e informarse en línea acerca de insumos, productos o servicios.

De este comportamiento se desprenden principalmente dos paradojas. La primera es que, a pesar de no concretarse un alto porcentaje de ventas, los agricultores sí están dispuestos a utilizar tecnologías de la información para cambiar sus hábitos y prácticas agronómicas en terreno, y para adoptar nuevas tecnologías a través de la información que obtienen en línea. La segunda paradoja tiene que ver exclusivamente con las compras en línea, y es que nuevamente, a pesar de que el porcentaje de compra efectiva general es bajo (13%), aparecen en todas las encuestas dispuestos en un altísimo porcentaje (89%) a comprar en línea.

Lo que este estudio señala entonces es que existe una brecha significativa que impide al agricultor adoptar estas plataformas tecnológicas de manera permanente. ¿Cuáles son los problemas? La imposibilidad o dificultad al comparar productos de acuerdo a parámetros unificados. Por ejemplo, unidades de nitrógeno aportadas en el caso de los fertilizantes. Por lo tanto, a la hora de concretar la compra, la mayoría llega hasta esa tentativa de comparación. Incluso entre los que concretan la compra online, las quejas son muy altas acerca de no tener un servicio al cliente 24/7 (64%); dificultad para comunicarse con un asistente en técnico (32%); falta de disponibilidad de stock en tiempo real (35%) y prácticas de precios confusas (21%). Finalmente se concluye que existe un enorme espacio para crecer pero que los desarrolladores deben hacerse cargo, primeramente, de estos grandes detalles funcionales.

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