Presidente de Fedefruta realiza un balance sobre los incendios en la zona sur
El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, comenta en prensa la situación que viven los productores frutícolas afectados por los incendios
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Antes de comentar las condiciones primaverales es necesario revisar lo ya ocurrido. Primero, las condiciones del invierno han sido favorables para la acumulación de frío invernal y, basado en eso, ya se han augurado producciones históricas en cerezas. Efectivamente, las condiciones bajo las cuales se cumple el receso invernal pueden afectar el número de flores […]
Antes de comentar las condiciones primaverales es necesario revisar lo ya ocurrido. Primero, las condiciones del invierno han sido favorables para la acumulación de frío invernal y, basado en eso, ya se han augurado producciones históricas en cerezas.
Efectivamente, las condiciones bajo las cuales se cumple el receso invernal pueden afectar el número de flores normales en frutales de clima templado, bajo condiciones de clima temperado cálido, como aquellos que encontramos en la parte norte de la zona central. De esta manera, podríamos esperar la ausencia de problemas por menor brotación, caídas de yemas, o flores con diferentes grados de anormalidad, como flores con pistilos deformes, sin capacidad para desarrollarse y formar frutos.
Sin embargo, la primavera en curso, en lo que va corrido, nos ha mostrado una temporada inusual respecto de las últimas. Las precipitaciones han continuado en forma periódica, alternándose periodos de bajas temperaturas con días despejados y cálidos. Los efectos de los eventos ya pasados han sido evidentes, y en la zona centro sur han dificultado las labores de plantación por el continuo de precipitaciones que no permitieron realizar los trabajos oportunamente; en toda la zona ha sido necesario el reingreso con aplicaciones de fungicidas para la protección contra enfermedades en frutales de carozo, pues varios de ellos ya alcanzaron floración, y contra venturia, principalmente en perales.
Habiéndose superado ya las condiciones del invierno, las flores aparentemente normales que florecen podrían no cuajar, debido a condiciones climáticas cercanas o durante la floración. En el caso específico de frutales de carozo, como cerezos, damascos o ciruelos europeos, periodos de temperaturas altas ocurridos antes o durante la floración han sido asociados a bajos porcentajes de cuaje (en ciruelos europeos, el número de horas sobre 26,5 ºC durante la floración; 80ºF), lo que se atribuye a la reducción de la viabilidad de los óvulos.
Así, las condiciones climáticas de la actual temporada para frutales de carozo que aún no han alcanzado su floración, como los cerezos y ciruelos europeos, han sido un segundo evento climático favorable para lograr altos porcentajes de cuaje, por las condiciones primaverales moderadas, sin eventos de altas temperaturas previo a la floración; aún queda por ver cómo serán las condiciones de temperatura hasta terminada la floración, la cual recién se inicia.
Humedad y frío
En el otro extremo, los periodos húmedos con temperaturas bajas, que periódicamente nos han frecuentado, podrían causar efectos negativos y reducir el cuaje en aquellas especies como los almendros, damascos o ciruelos japoneses, los cuales ya pasaron por el estado de floración.
Entonces, si bien no han existido eventos de temperaturas bajas extremas, como las heladas, la polinización pudo haberse visto reducida en algunos casos. Estos efectos negativos serán mayores en aquellos huertos en que la floración haya sido muy concentrada y haya calzado con un periodo frío. Al respecto, algunas tendencias de poda muestran el efecto de floración muy concentrada.
En resumen, en términos generales, podemos esperar cuajes menores, aunque no limitantes en especies que requieren raleo de frutos, como durazneros, damascos o ciruelas japonesas, pero sí efectos negativos en algunos almendros que hayan florecido bajo condiciones relativamente frías. Los efectos reales recién los tendremos a la vista a fin de septiembre en damascos, e inicios de octubre en ciruelas japonesas y almendros. La causa del efecto de los periodos fríos y húmedos sobre el cuaje se explicaría por la reducción de la receptividad de la flor, por lavado del estigma, aunque también existe un efecto térmico, pues el evento de precipitación trae asociado bajas temperaturas que reducen el intercambio de polen entre polinizantes al reducirse el movimiento de los insectos polinizadores.
Efectos positivos
¿Qué efectos positivos son esperables con los regímenes de temperaturas moderadas que hemos enfrentado? Debemos recordar que con el objetivo de aumentar el tamaño medio de los frutos y el valor de la producción, en varias especies frutales debemos equilibrar la relación entre hojas y frutos, mediante el raleo de los mismos, labor de manejo más importante para garantizar el tamaño comercial de los frutos. Por lo tanto, con el menor cuaje, aquellas variedades que requieren raleo serán favorecidas, pues los árboles tendrán menos carga frutal tempranamente, y se requerirán menos jornadas hombre para realizar la labor de raleo.
Otro efecto favorable descrito, pero no necesariamente bien cuantificado, en parte por la dificultad de objetivarlo, es que, adicionalmente al manejo del huerto, las condiciones climáticas pueden limitar o favorecer el tamaño potencial del fruto.
Al respecto, las condiciones climáticas inmediatamente después de floración determinan el largo de la estación de crecimiento. En frutales de carozo para evaluar este efecto se usa como índice el GDH30, que corresponde a las horas grado de crecimiento de los primeros treinta días después de floración, asociándose aquellas temporadas con alto GDH30 a temporadas más cortas entre floración y cosecha, produciéndose frutos de menor tamaño; efectos similares también se encuentran en pomáceas. Por lo tanto, es esperable que, de mantenerse las condiciones moderadas, se observarán retrasos en la madurez de cosecha y mejores calibres en la producción.
Una dificultad que podemos enfrentar, de continuar las condiciones variables donde se alternan periodos fríos con cálidos, será en el raleo químico de las manzanas, donde buscamos cuajar, o “salvar”, la flor reina, la del centro del ramillete.
Al respecto, sin duda que la presencia de flor reina favorece la selección de frutos dentro de cada ramillete, pues la presencia de un fruto dominante nos permite tomar decisiones más agresivas en esta labor, con los consecuentes beneficios; raleo oportuno con menos requerimiento de mano de obra, especialmente cuando, por las razones que ya indicamos, estamos con los astros alineados para una gran cosecha de cerezas, donde el factor disponibilidad de mano de obra frutícola nos pondrá a prueba como industria.
Escrito por: Gabino Reginato, Ingeniero Agrónomo y profesor de la Universidad de Chile.
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