El día de hoy, la U.S. Internacional Trade Commission determinó que las importaciones de arándanos frescos, refrigerados o congelados a Estados Unidos, no causan daño sustancial grave ni representan amenaza de daño grave a su industria local.

Con esta resolución, la investigación se da por finalizada y la USITC no recomendará al Presidente de EE.UU. implementar medidas compensatorias para los productores de dicho país.

UNA BUENA NOTICIA PARA LA INDUSTRIA

Como una “muy buena noticia para la fruticultura chilena y la industria de los arándanos” calificó esta noticia el presidente de Fedefruta Jorge Valenzuela. Y señaló que, si bien las exportaciones chilenas de arándanos se han empezado a diversificar en las últimas temporadas, “EE.UU. sigue siendo nuestro principal mercado de destino”. Finalmente, agregó que “esperamos seguir abasteciendo con fruta de calidad y sana hacia todos los destinos, en especial ahora que la pandemia ha elevado las exigencias de seguridad e inocuidad entre los consumidores”. Esta temporada, además, “comenzamos a exportar arándanos a Estados Unidos bajo el Systems Approach, lo que significa que podremos llegar sin la necesidad de fumigar la fruta, y hará que nuestra oferta complementaria a la local sea más atractiva y mejor cotizada”.

Debido a la creciente tendencia por consumir alimentos más sanos y a sus propiedades, la demanda de arándanos en el mundo sigue en aumento de forma constante, lo que ha incentivado la producción mundial de esta fruta y el interés de distintos países de involucrarse en la industria.

El arándano se produce a nivel global, pero el foco de desarrollo se encuentra en el hemisferio sur con Perú, Chile, Argentina y Sudáfrica, y algunos países del hemisferio norte como EE.UU. Canadá, México, Marruecos y España.

EE.UU. sigue siendo el mercado más importante de destino para los arándanos del hemisferio sur: en la temporada 2019/20 importó cerca de 170 mil toneladas de arándanos frescos provenientes de Perú, Chile, México, Argentina y Uruguay, lo que corresponde al 59% del volumen total exportado por estos proveedores. Perú lidera las exportaciones con un 46% de los envíos en fresco durante la campaña 2019/20, seguido por Chile con un 42%; más abajo se encuentra Argentina con un 6% de participación y Sudáfrica con un 5%, según explica Isabel Urrutia, analista de mercados de la consultora iQonsulting.

Por su parte, el consumo de arándanos en EE.UU. ha experimentado un aumento de más del 300% per cápita desde 2005, y al día de hoy se encuentra en un récord histórico de 0,82 kilos por persona al año. Para satisfacer la gran demanda, EE.UU. ha aumentado de forma constante las importaciones. De acuerdo con la American Blueberry Growers Alliance, las importaciones estadounidenses de arándanos aumentaron en más del 60% entre 2015 y 2019.

Además, el valor de estas importaciones se ha incrementado a más del doble en los últimos seis años, pasando de un total de 530 millones de dólares en 2014 a $1.242 millones en 2019. En el caso de Chile, se pasó de 260 millones en 2014 a 313 millones de dólares en 2019, siendo el segundo país, después de Perú, con las importaciones más costosas para el país norteamericano.

Debido a este importante incremento en las importaciones, es que algunos productores de arándanos estadounidenses, consideran el producto importado como una amenaza a la industria productora local.

Sin embargo, aún está por verse si los argumentos presentados son suficientes para determinar que las importaciones son una amenaza para el mercado doméstico puesto que no existe un traslape importante en las importaciones.

La temporada de cosecha de EE.UU., dura solo seis meses. Por lo que las diferentes temporadas de producción, tanto de América del Norte como del Sur, permiten suministrar ordenadamente el producto al mercado estadounidense durante todo el año, lo que aumenta la demanda y beneficia a todos los países productores.

Además, hay diversos factores locales que están influyendo negativamente en la producción estadounidense como los problemas derivados del cambio climático, enfermedades, la escasez generalizada de mano de obra y la falta de introducción de nuevas variedades que está demandando el mercado, los cuales deben ser resueltos antes de acusar a los mercados de importación.

LA COALICIÓN

Durante septiembre del año pasado y atendiendo las demandas de los productores de arándanos estadounidenses, el gobierno de EE.UU. solicitó al International Trade Commission (ITC; Comisión de Comercio Internacional) de ese país, abrir una investigación para determinar si los arándanos importados están generando, o pueden generar a futuro, un daño importante a los productores locales debido al aumento de las importaciones y que podría derivar en medidas restrictivas para este producto.

 “La noticia fue una sorpresa para nosotros, pero obviamente estamos preparados y con confianza porque no generamos ningún injury o daño a la producción local; es más, somos 100% contraestación”, explica Felipe Silva, presidente del Comité de Arándanos de Chile – ASOEX y CEO de Zurgroup.

Como parte de las acciones de defensa de la parte que se opone a la implementación de medidas de salvaguarda, se formó la Coalición de Arándanos para el Progreso y la Salud (The Blueberry Coalition for Progress & Health) conformada por productores, importadores, distribuidores, compradores y proveedores de arándanos estadounidenses e internacionales. Por parte de Chile participan Hortifrut, Chilealimentos y el Comité de Arándanos de Chile – ASOEX.

Los miembros de la Coalición afirman que las importaciones no son una causa sustancial de daño a la industria estadounidense de arándanos. De hecho, señalan que el mercado de arándanos de EE.UU. es saludable, próspero y está haciendo todo lo posible para mantenerse al día con la demanda del mercado durante todo el año de esta fruta saludable y nutritiva.

Andrés Armstrong, director ejecutivo del Comité de Arándanos de ChileASOEX, define la postura de la Coalición: “estamos a favor del libre comercio y creemos firmemente que el suministro de arándanos importados a los EE.UU. ha sido un tremendo beneficio tanto para la industria local como para los consumidores, aportando los volúmenes necesarios cuando los productores locales no tienen producción, o bien, cuando su producción es muy limitada y no alcanza a cubrir las necesidades de los consumidores”.

Esta coalición ha tenido una participación directa en el proceso legal en curso y tienen como objetivo defender la posición de que las importaciones, más que competir, complementan la oferta y han ayudado a aumentar el consumo y la demanda en el mercado del país norteamericano.

Además, se contrató un bufete de abogados que está llevando la defensa de la parte acusada y economistas para el análisis de la causa, según explica el presidente del Comité de Arándanos. “El 12 de enero tuvimos la primera audiencia con los comisionados del ITC y ahí expusieron todos los países involucrados, también los abogados tanto de la coalición como de distintas industrias; por parte de Chile expuso el Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, Rodrigo Yáñez, y nosotros como Comité de Arándanos y ASOEX participamos en la audiencia como testigos”, relata Silva.

COMPLEMENTO DE LA OFERTA LOCAL

Urrutia explica que, dentro de estos actores involucrados, hay quienes cuentan con una parte menor de su oferta con traslape con la oferta local de EE.UU. en ciertos periodos de su temporada, que son Perú y México, como se puede ver en el Gráfico 1.

Perú comienza a llegar a principios de julio al mercado de EE.UU., con volúmenes incipientes, pero ya en septiembre los arribos comienzan a ser más importantes. No obstante, el grueso de este proveedor se da entre los meses de octubre a noviembre cuando ya no hay oferta local. México en tanto, está presente todo el año, pero el traslape se da principalmente en su porción tardía de abril y en menor medida en su porción temprana, en agosto-septiembre.

En el caso de Chile, prácticamente no hay traslape, salvo los últimos lotes de la temporada en abril, pero son mínimos. Con toda la oferta del hemisferio sur y México la competencia para la oferta de EE.UU. es mínima pues en el periodo que estos países arriban ya se ha comercializado cerca del 90% de la fruta local.

Felipe Silva coincide con esta afirmación y señala que “los arándanos de importación complementan la oferta local. Dentro de los meses que existe traslape en primavera, el volumen despachado representa un porcentaje mínimo en comparación con el volumen anual de la producción doméstica y los precios durante esos periodos de traslape son significativamente más altos que durante los meses peak de producción americana”.

NUEVOS HORIZONTES

La volatilidad de los mercados y eventuales contingencias como esta nos recuerda que debemos seguir buscando nuevos horizontes.

EE.UU. es el principal destino de los arándanos frescos de Chile. En la temporada 2019/20 los envíos llegaron a 54.728 toneladas, sin embargo, es un mercado que ha ido perdiendo participación, como consecuencia del mayor desarrollo que han tenido las exportaciones chilenas a mercados como Europa y Asia.

Chile ha ido explorando otros mercados y en 2019/20 los envíos a EE.UU. representaron el 50% de las exportaciones frente al 66% de participación que tuvo en la temporada 2015/16. Aun así, la oferta de Chile sigue siendo altamente dependiente del mercado de EE.UU. “Este mercado es la cuna de los arándanos y el consumo forma parte de su cultura, no por nada tiene el mayor consumo per cápita a nivel mundial”, señala la analista de mercados.

De acuerdo con Urrutia, entre los mercados que han ganado terreno se encuentran los mercados asiáticos, que mostraron un crecimiento de un 20% en los volúmenes de Chile durante la temporada 2019/20, entre los que destacan China que es el más relevante en volumen y crecimiento, pero también hay otros como Corea y Taiwán donde se está haciendo un trabajo interesante e India que recientemente abrió sus puertas a los arándanos chilenos y existe un buen potencial de crecimiento.

El mercado europeo, en tanto, mostró un crecimiento de un 8% en los envíos de Chile en la campaña 2019/20, donde destaca el crecimiento de Alemania y Holanda, y en lo que va de esta campaña 2020/21 el mercado europeo es el que ha mostrado el mayor crecimiento, con un 26% más de fruta (comparando las salidas al 10 de enero de cada temporada).

Espacio para crecer hay, sobre todo en Asia si se exploran nuevos mercados, sin embargo, este proceso toma tiempo, aclara la experta. Así lo confirma también Andrés Armstrong, “nosotros llevamos varios años trabajando en desarrollar mercados alternativos a EE.UU. como una forma de diversificar nuestros mercados. Hay un camino recorrido y mercados que ya han comenzado a crecer y ya reciben un volumen similar a lo que exportamos a EEUU. En caso que finalmente se impongan medidas de salvaguarda a los arándanos importados en EEUU, tendríamos que reforzar nuestros esfuerzos promocionales en estos mercados. Pero no sería fácil reubicar grandes volúmenes en poco tiempo, ya que no sólo Chile tendría que buscar estos mercados, sino que también la creciente producción de otros países”.

Existe una larga lista de consignas y objetivos que todos los que participan en el sector agropecuario parecen saber casi de memoria: sustentabilidad, productividad, inocuidad y calidad acorde a las exigencias del consumidor. Lo saben, en los extremos de la cadena productiva, tanto los investigadores que generan el conocimiento científico como los agricultores, que son finalmente quienes lo deben asimilar e incorporar a su kit de herramientas. Uno de los mayores desafíos no está tanto en obtener las respuestas para esos desafíos sino en lograr que finalmente se pongan en práctica.

Durante mucho tiempo se repitió hasta convertirlo en una verdad indiscutible (más allá de si era cierta o no) que los investigadores de Chile estaban encerrados en sus laboratorios, por completo ajenos a la realidad productiva y a las necesidades de los agricultores, del mismo modo que estos últimos daban la espalda a cualquier propuesta que pudiera provenir los centros de investigación nacionales.

Algo cambió y no fue un trabajo de un día ni de una sola persona. El INIA, como institución, es un claro ejemplo del cambio: sus aportes al sector agropecuario son moneda corriente y hoy puede verse su sello en los más diversos rubros, lo que muestra que finalmente los eslabones han logrado unirse.

Conversamos con el ingeniero agrónomo Pedro Bustos Valdivia, Director Nacional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias para conocer su mirada sobre los próximos pasos a nivel estratégico, los desafíos que el cambio climático presenta para los agricultores a lo largo del país y las medidas que deberíamos implementar para transitar con éxito en un escenario cambiante.

Después de años de extensión en aspectos vinculados al cambio climático y sus consecuencias, ¿cree que los productores han logrado finalmente adaptarse?

– Creo que existe plena conciencia del cambio climático por parte de los agricultores. Sin duda, muchos de ellos ya están sufriendo las consecuencias de este fenómeno y vemos, en consecuencia, que adoptan cada vez más tecnologías y manejos más amigables con el medio ambiente y los recursos naturales. La adaptación es un proceso lento. En nuestra experiencia, la plena adopción de una tecnología se alcanza a partir del año 7. Nuestra agricultura está progresando, pero aún queda mucho por mejorar. Pienso que, afortunadamente, la juventud está muy consciente de la problemática que implica el cambio climático y que contribuirá a un avance más acelerado.

¿Cuáles son los rubros que mejor se han adaptado y en cuáles advierte que falta aún camino por recorrer o medidas por implementar?

– Creo que el rubro de la fruticultura es el que mejor ha respondido a este desafío. Hoy, el cambio de la frontera agrícola hacia el sur nos ha permitido producir vino de excelente calidad en Chile Chico, Región de Aysén, así como también cerezas de exportación. Este trabajo requiere de biotecnología, para determinar la caracterización de las plantas (marcadores moleculares) y no necesariamente materiales genéticamente modificados. En la actualidad, obtener una nueva variedad empleando herramientas biotecnológicas, acorta el proceso en más de la mitad del tiempo, lo que es muy valioso si consideramos que en forma tradicional el proceso puede tardar 15 a 20 años en frutales y entre 10 y 12 años para un cultivo anual. Otros ejemplos significativos son los nuevos portainjertos o variedades resistentes a sequía o a enfermedades, y la recuperación de materiales genéticos ancestrales, entre otros.

Adicionalmente, INIA ha generado recomendaciones para reducir la evapotranspiración y aumentar la eficiencia del riego en frutales y hortalizas y, en los últimos dos años, ha generado variedades de papas y trigo adaptadas a condiciones de déficit hídrico, como una herramienta para avanzar en la adaptación de nuestros cultivos más tradicionales.

¿Cree que el sector agrícola ha hecho suya la consigna de buscar más sustentabilidad o aún es considerado un mero slogan?

– Creo que el tema de la sustentabilidad no es solo un slogan, sino que es uno de los pilares estratégicos del Ministerio de Agricultura, por la importancia que tiene para el desarrollo mundial. Además, la trazabilidad de la producción será muy importante para la comercialización, por lo que Chile y su agricultura –por tener un carácter exportador- están adoptando rápidamente esta filosofía. No respetar el medio ambiente podría convertirse en una barrera para avanzar en el futuro, pues los consumidores lo exigirán.

¿Qué prejuicios nota que aún persisten entre los agricultores para adoptar prácticas ligadas a la sustentabilidad?

– El principal prejuicio está ligado al factor económico. Se piensa que es más barato producir en la forma tradicional. Un ejemplo de esto es la quema de rastrojos, que efectivamente permite una preparación de suelos más económica, pero que a la larga perjudica la biomasa del suelo.

¿Qué estrategias considera que han sido las más efectivas en los últimos años para maximizar la eficiencia en la producción agrícola y producir finalmente más con menos?

– Creo que la incorporación de riego tecnificado ha sido una tecnología realmente exitosa. Nuestro trabajo de los últimos años ha estado orientado a capacitar a los usuarios en cómo hacer un uso eficiente de los sistemas implementados, en muchos casos con fondos CNR, y en los procesos de mantención que requieren. Aquí también es muy importante la Agricultura 4.0, que usa nuevas tecnologías para transformar datos en información para la toma de decisiones: información climática, uso de sensores, conectividad digital, entre otras. Adicionalmente, los desarrollos en robótica para la producción y cosecha en el huerto, y el uso de imágenes para la implementación de manejos son hoy una realidad.

¿Por qué es tan relevante considerar la inocuidad desde la producción primaria? ¿Cree que es un factor considerado por los agricultores en el manejo en terreno en el día a día?

– La inocuidad de los alimentos es fundamental porque afecta la salud humana y está asociada a la nutrición; son factores relevantes en el futuro. Cada vez más, los consumidores exigen una adecuada trazabilidad de los productos que consumen, y el sector debe estar preparado para estos desafíos. Para el sector agroexportador o la industria de los alimentos, estos requisitos son conocidos y se cumplen sin inconvenientes. Para el sector de producción primaria destinada al consumo nacional aún queda mucho por hacer, y en ello la formación y extensión que realiza INIA contribuye al uso de tecnologías de menor impacto y más amigables con el medio ambiente.

El Consejo Directivo de INIA, presidido por el Ministro de Agricultura, Antonio Walker, aprobó el Plan de Fortalecimiento Institucional en I+D, con el objetivo de robustecer el aporte de la entidad al sector agroalimentario nacional. En una primera instancia este plan considera la incorporación de 22 investigadores, quienes iniciarán sus funciones durante el primer trimestre de 2019.

Para el Ministerio de Agricultura el desafío país 2018-2022 es desarrollar un sector agroalimentario competitivo, innovador, moderno y sustentable, comprometido con el desarrollo rural y regional. El INIA, como instituto de investigación, cumple un rol fundamental para alcanzar dicho propósito, por lo que el fortalecimiento del capital humano en I+D permitirá profundizar el trabajo que la institución ha definido dentro de los siguientes ejes temáticos: Cambio Climático, Sustentabilidad, Alimentos del Futuro, Tecnologías Emergentes, y Transferencia y Formación de Capacidades.

Al respecto, el Director Nacional de INIA, Pedro Bustos, señaló que “la aprobación del Plan por parte del Consejo constituye un gran hito para la institución y para esta administración. Este viene a coronar un intenso proceso interno que iniciamos en agosto de 2018 a nivel nacional, cuyo objetivo fue focalizar y priorizar las acciones que INIA realiza para responder a la demanda del entorno, con una mirada macrozonal y visión de futuro 2030”. La autoridad agregó que “estamos muy contentos, porque esta es una gran noticia para el Instituto. Hace muchos años no se implementaba un plan de fortalecimiento en capital humano en I+D de esta magnitud”.

Por su parte, Marta Alfaro, Subdirectora Nacional de Investigación y Desarrollo de INIA, agregó que “el quehacer de INIA en I+D tiene un foco local, esto es que da respuestas a los desafíos contingentes del sector, pero además deseamos que sea de relevancia mundial, generando conocimientos y tecnologías estratégicas para el desarrollo de un sector agroalimentario sostenible y altamente competitivo”.

Entre diciembre de 2018 y enero de 2019 se publicarán los llamados a concurso para completar estas 22 vacantes. Para quienes estén interesados en ser parte de la Institución pueden revisar la web de INIA,  https://inia.trabajando.cl/

Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que el color de los peces surge por interacción de dos mecanismos de pigmentación independientes.

El trabajo publicado en la revista Pigment Cell and Melanoma Research ha identificado el gen que regula el patrón de pigmentación dorso-ventral fundamental en las estrategias anti-depredación de los peces. Según sus autores, los resultados de esta investigación abrirán nuevas vías en el estudio de los factores que controlan las variaciones naturales en la coloración de los animales y sus problemas pigmentarios, como el pseudoalbinismo y la hipermelanosis.

“La mayoría de las especies presenta un patrón de pigmentación dorso-ventral caracterizado por una región dorsal de color oscuro y una región ventral de color claro. En los peces, este patrón es de especial utilidad frente a la depredación. Una zona dorsal oscura dificulta la visión de la presa cuando se observa desde la superficie pero, por el contrario, una región ventral clara entorpece la visibilidad cuando la presa es atacada desde el fondo”, explica el investigador del CSIC Jose Miguel Cerdá-Reverter del Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal, en Castellón.

Dos patrones

El trabajo demuestra que la coloración del pez cebra se genera mediante la superposición de dos patrones de pigmentación distintos. Un patrón de pigmentación dorso-ventral, evolutivamente muy antiguo, determinado por la expresión regional del gen Asip, que codifica la proteína de señalización agouti, y un segundo patrón por el cual el pez cebra desarrolla su llamativa coloración bandeada y que es evolutivamente más reciente. La superposición de ambos patrones da lugar a la coloración característica del animal.

“Los mecanismos que regulan ambos patrones de pigmentación funcionan en gran medida de forma independiente ya que la sobreexpresión del gen Asip provoca que la región dorsal adquiera características de la ventral, mientras que el patrón bandeado apenas sufre modificaciones. Los resultados muestran que el proceso evolutivo ha logrado implantar una nueva característica, la pigmentación bandeada, sin modificar el patrón básico de pigmentación ancestral”, añade el investigador del CSIC Josep Rotllant, del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo.

Además del CSIC, a través del Instituto de Ciencias Marinas de Vigo y del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal, en el estudio ha participado la Universidad de Bath, del Reino Unido.

Fuente: CSIC.