CoopeKiwi expande el cultivo de kiwis orgánicos en Argentina
Nacida en 2021, la cooperativa comercializa 800 toneladas de kiwi por temporada entre el mercado local y la exportación a Uruguay, Brasil, Italia y España.
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La poda y marra invernal es el primer eslabón de la cadena de producción del kiwal y se considera la base principal de una producción uniforme y de calidad, por su directa influencia sobre el resto de las labores a lo largo de la temporada y de las siguientes. Para conseguir éxito en la labor […]
La poda y marra invernal es el primer eslabón de la cadena de producción del kiwal y se considera la base principal de una producción uniforme y de calidad, por su directa influencia sobre el resto de las labores a lo largo de la temporada y de las siguientes. Para conseguir éxito en la labor el productor debe planificar la poda y para ello estas son las recomendaciones.
Definición de metas
Luego de terminada la temporada y antes de iniciar las labores de poda y amarra, el productor debe reunir información relacionada para poder determinar la meta de cargadores y/o número de yemas por cuadrante a partir de:
• Producción (Ton/ha)
• Calibre promedio (gr/fruto),
• Proporción de categoría 1 y categoría 2
Tomando como base lo anterior se hará la propuesta de la meta para la temporada, concentrándose en tres aspectos fundamentales:
1.- Información predial. Se debe considerar la recopilación de información de la temporada recién finalizada para hacer una ficha técnica por cuartel que considere:
• Porcentaje de brotación: (yemas brotadas/yemas totales) x 100
• N° total de botones florales redondos antes y después de raleo (x m2y x ha)
• Nº de frutos por m2 y por ha
• Índice de Fertilidad: frutos/ yema = (kilos de fruta a proceso/ha x 1.000) / (yemas/ha)
Este índice depende directamente del porcentaje de brotación (50 a 75%) y del número de frutos cilíndricos producidos en cada brote fértil. Es de mucha utilidad para determinar los potenciales de carga de cada cuartel y su valor será determinante en las decisiones de cuántas yemas dejar en poda por lo que tendrá gran impacto sobre el valor de las diferentes labores de la cadena productiva. Una mayor fertilidad permite ingresar a un círculo virtuoso que se logra con un mayor distanciamiento de cargadores, lo que optimiza la cosecha de luz.
2.- Análisis de información de rendimientos reales de proceso.
3.- Comparativo con las últimas temporadas.
Objetivos de la poda
Lo primero que se debe definir es el sistema de poda. Los más recomendados son el sistema de mediano vigor, el cualitativo y el que se realiza con cargadores por hilos. El periodo de trabajo adecuado va desde mayo a agosto, siendo óptimo en junio y julio para podar con pocas o ninguna hoja y amarrar con sarmientos menos quebradizos. En lo posible se debe realizar antes del uso de cianamidas y antes de brotación.
Los objetivos son:
Lo más importante de esta labor es conseguir homogeneidad de los objetivos planteados. En base a esto, el Comité del Kiwi recomienda determinar la desviación estándar de los cargadores por cuadrante y/o yemas por cuadrante, que al dividirla por el promedio nos aporta el coeficiente de variación. También es relevante la determinación de la desviación de lo medido en los cuadrantes evaluados en relación a la meta definida.
Práctica de poda
Todos los sistemas de poda tienen como mayor objetivo la selección de buena madera frutal, que debe cumplir las siguientes condiciones:
• Sarmientos bien asoleados
• Yemas prominentes
• Brindillas de primera brotación con grosor basal de al menos 8mm, bien soleadas y con buenas yemas con el objetivo principal de llenar espacios.
• Corteza café plateada sin base verdosa
• Cargadores aptos para amarrarse bien planos y procurando la más plena ocupación del espacio.
• Unidad de trabajo: La unidad de trabajo recomendada son los cuadrantes y los podadores deben conocer la mejor madera, distinguiendo cargadores frutales y no frutales del año anterior, brindillas, cazadores, punteros y rellenos.
• Postura de podador respecto a la planta: Se debe tomar distancia del cordón para tener mejor visión del conjunto del material y del espacio a ocupar.
• Instrucción de poda: El podador debe eliminar torres con serruchos o motosierras.
Se debe dar indicadores al podador, dependiendo del tipo de poda, como por ejemplo: N° de cargadores y brindillas por metro o por cuarto de planta, cumplimiento de una meta de yemas/cuadrante (N° yemas/m2), entre otros. El podador debe eliminar toda la madera débil y seleccionar el mejor material, el cual bien despuntado permite ocupar el cuadrante completo con sarmientos que se puedan amarrar bien planos y a la distancia recomendada.
El podador debe seleccionar punteros y rellenos cuando sean necesarios. Para el despunte, se recomienda despuntar al menos 7 mm en cargadores y 7,5 mm en brindillas y cazadores, con óptimo de 8 mm.
• Desinfección de cortes, heridas y herramientas: Es importante considerar la aplicación de pintura desinfectante en los cortes de poda, que deben quedar protegidos dentro de la jornada de trabajo, ojalá no más allá de cuatro horas. Otro aspecto relevante es la desinfección de herramientas planta a planta, la cual debe realizarse con inmersión de las herramientas en solución desinfectante. Para ello existen recomendaciones específicas entregadas en el “Programa Fitosanitario de Psa otoño-invierno”, realizado en conjunto por la Mesa Fitosanitaria del Comité del Kiwi y el SAG.
• Amarra: Sus objetivos son que quede bien plana (nunca sobrepasar una cuarta – 25 cm – sobre la parrilla del parronal), bien separados, según instrucción (al menos 25 cm), con amarras fijas que no se corran y con un mínimo de cargadores quebrados, lo que depende del tipo de poda y de la experiencia de los amarradores.
• Sistema de trabajo: Con el objeto de seleccionar la mejor madera bien separada y concentrar el control de una sola pasada, esta labor se prefiere como faena simultánea e inmediata después de la poda. Sin embargo, dada la dificultad de contar con un número superior de podadores con habilidad de amarrar, en muchos casos se necesita realizar las faenas en forma separada.
Controles de las faenas
Los sistemas de control de calidad de poda y amarra, junto a la determinación de promedios, deben incluir las máximas, mínimas y las DS, para permitir visualizar la homogeneidad de:
• Vigor de las maderas seleccionadas.
• Distanciamiento de cargadores y amarra.
• Grosor de despunte.
• Las yemas cosechadas por m2, por cuadrante y por ha.
• La distribución de las yemas en el cuadrante.
Una poda y amarra homogénea, idealmente repasada en todos sus detalles, una vez retirado el personal externo, es considerada un seguro para la escasez de mano de obra en primavera – verano. Realizar la labor en forma oportuna hace la diferencia.
Escrita por: Jaime Pinilla, Ingeniero Agrónomo de Copefrut.
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