Factor frío
Los investigadores de AVIUM hacen test para ver el uso de rompedores de dormancia, en distintas fechas y comparten los resultados de estos test en cerezos Santina y Lapins.
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En la fruticultura existe la premisa de que siempre tiene que haber un porcentaje del huerto en constante recambio. Fernando del Valle lo aprendió muy bien por lo que todos los años renueva entre un 8% y 12% de sus huertos de manzanos. Así puede responder a las necesidades del mercado sin quedarse atrás en […]
En la fruticultura existe la premisa de que siempre tiene que haber un porcentaje del huerto en constante recambio. Fernando del Valle lo aprendió muy bien por lo que todos los años renueva entre un 8% y 12% de sus huertos de manzanos. Así puede responder a las necesidades del mercado sin quedarse atrás en los cambios que se requieren, y de esa manera, hoy no se encuentra inmerso en la crisis que vive el sector. ¿Su clave del éxito? La anticipación y renovación.
Este productor de Curicó tuvo la enseñanza de sus padres respecto a la importancia de renovar, por lo que la estrategia de cambiar es algo que viene implementando desde siempre. Basta hacer un recorrido sobre las modernizaciones en las densidades de plantación. Si en los ’40 contaban con 150 plantas por hectárea, en los ’60 ya habían pasado a 320. En los años ’70 alcanzaron las 540, para llegar a 800 y 1.250 en los ’80 y 2000respectivamente. En el año 2015 llegaron a las 2.500 plantas por hectárea, cantidad que se mantiene en la actualidad. Junto con ello fueron variando el patrón, pasando del franco al 111, 106, M7 y finalmente M9.
“Eso permite producir más rápido, más precoz y contar con un mayor rendimiento por hombre. Antes cosechábamos 9.000 kilos por hectárea y hoy estamos cosechando 70.000 kilos por hectárea. Todo esto va mejorando la rentabilidad”, sintetiza Fernando del Valle. Pero esta no fue la única medida tomada con anterioridad, ya que en el año 2005 iniciaron mejoras en términos de riego, haciendo una serie de modificaciones dentro del sistema por goteo. Así, la empresa familiar Silos Romeral (de la que se encuentra a cargo) ha logrado mantenerse a la vanguardia en los requerimientos de la industria, especialmente en cuanto a variedades, aspecto en el que si bien mantienen las familias tradicionales, nunca han dejado la renovación de lado.
Mejora de clones: Un punto distintivo
Cada vez más los mercados y consumidores aumentan las exigencias respecto a las variedades. En el caso de las manzanas muchos productores locales mantienen las tradicionales, como las Royal Gala, con las que mejorar sus clones resulta indispensable, pese a que muchos no lo hayan hecho.
A juicio de este productor, el primer error que se cometió en la industria fue precisamente no seleccionar un buen clon desde el principio, lo que atribuye a la falta de desarrollo de variedades propias en Chile. Esta empresa realiza investigación por observación, es decir, cuenta con un grupo de expertos que se dedican a observar: al detectar un árbol que es bueno, lo multiplican. Un sistema que califica de algo arcaico, pero propio y que les ha funcionado.
Hoy en día Silos Romeral se encuentra trabajando con las familias de manzanas de Royal Gala, Red Delicious, Fuji y Pink Lady, de las que renuevan constantemente sus clones. Fernando del Valle recuerda que muchos productores se encuentran eliminando la Red Delicious, pero sin embargo se trata de un tipo de manzana que el comerciante todavía pide ya que tiene una buena conservación para la venta. En este caso ellos tomaron la decisión de eliminar la Red Schieff inicial y trabajar sobre una Súper Red Schieff. En tanto, en la Fuji comenzaron con Anagafú 6 y ya han modificado los clones cinco veces.
Estos son sólo algunos ejemplos de la estrategia que los ha caracterizado y que mantendrán mirando el futuro de la industria: no dejar ninguna familia de manzana de lado, pero sí algunos clones. “Esa ha sido una diferencia con otros productores, que escuchan que hay algo bueno y arrancan. Nosotros vamos siempre manteniendo el negocio.
Uno para subsistir tiene que tener una buena cantidad de familias de manzana que son las más vendidas y dentro de esas los mejores clones. Y en eso estamos siempre superándonos y esto no va a parar”. Además de estos grupos, Silos Romeral se encuentra inserta en la producción de variedades club. En este segmento producen la variedad Mody, que es comercializada por Dole.
El sello de la integración
Producir fruta de calidad, a bajo costo y en volumen es el sello que a ojos de Fernando del Valle describe a su empresa. Y en este sentido destaca que un factor fundamental es la integración en la cadena. Así es como eligen sus propias variedades, hacen sus propios movimientos de tierra y no contratan elementos mecánicos a terceros ya que cuentan con talleres. Esta última se trata de una opción que ellos mismos también ofrecen a terceros, junto con servicios de frío, almacenamiento de fruta, movimientos detierra y secado y corretaje de granos.
Otra parte del modelo de negocios, y que también los caracteriza, radica en los sistemas de venta, la que hoy realizan de manera directa en su frigorífico a exportadoras y clientes externos. Muchos años atrás, allá por 1976, la empresa decidió dejar de lado la exportación propia ya que no existían los instrumentos de pago y debían correr con gastos que no eran propios. Fernando del Valle recuerda que al vender una caja en veinte, tenían seis de flete terrestre y naviero, otros seis de materiales y servicios y tres de procesos internos como mano de obra y empaque, por lo que llegaban al huerto sólo cinco, monto del que a su vez se debían descontar tres para producir. “Para ganarme dos tenía que arriesgar veinte que no eran míos”, enfatiza.
Otros frutales como aliados
El mercado de la fruta no va a caer por el no consumo o su valor: va a caer porque no se va a poder llegar. Este es el análisis que hace Fernando del Valle respecto de la mano de obra, que a su juicio es la próxima gran lucha de la industria, y por lo que hace tiempo decidieron tomar acciones. Acá la estrategia pasó por contar con otros frutales, por lo que en su oferta también se encuentran las cerezas, arándanos, peras y kiwis.
“Nosotros partimos podando con la gente en trato, con rentabilidades de 30, 35, 40 mil pesos diarios desde los primeros días de junio hasta el 15 de mayo del otro año. Partimos la poda, después las amarras y los raleos. Posteriormente seguimos en la cereza, en la pera, después en la Gala. Al final la roja, la verde, los kiwis y la Pink Lady que es de mayo.
Ahí le damos 15-20 días de vacacines y vamos de vuelta”, indica. De esta manera hoy cuentan con 780 hectáreas de manzanas, 230 de cerezos, 70 de arándanos, 50 de peras y 45 de kiwis. A estas se suman unas diez hectáreas de membrillos para uso industrial alimenticio.
Dado el escenario que vive la industria de la manzana a nivel local es que muchos productores han optado por cambiar de especie, entre las que destaca la cereza. Para Fernando del Valle esto no es una opción, ya que asegura que conoce ambos negocios hace muchos años. “Tengo cerezas desde el año 1984, mucho antes del boom, entonces conozco los rubros. Son integraciones a nuestra base que es la manzana, producto que nos mueve todo el año. La cereza nos mueve 25 días”, profundiza.
Estrategias contra el clima
Los diferentes frutales con que cuenta esta empresa están distribuidos en distintos huertos, en los que durante el último tiempo las inversiones en tecnología han pasado por ayudar a la labor del hombre. Así Fernando del Valle menciona los sistemas de carga más rápidos, además de las mejoras en la parte de pesticidas hacia opciones más inocuas.
En cuanto a las tecnologías para prevenir o hacerle frente a las heladas destaca que cuenta con el mejor sistema que existe: sencillamente no plantar en los huertos donde hiela, para lo que se guía por las técnicas históricas del académico de la Universidad de Chile, Fernando Santibáñez.
“Generalmente compro terrenos al lado de las ciudades donde existían viñas bajas. Muchos me han dicho que no hago los árboles muy bajos, me gusta hacerlos más altos porque el primer metro y medio es lo primero que se hiela. Me queda un huerto de semi helada y semi granizo en Marengo y ese se me hiela o graniza dos veces cada diez años. En Sagrada Familia me he helado un año y llegué en 1985. Aquí en Romeral hiela o graniza año por medio aproximadamente, es más barato comprarse un campo donde no hiele”, manifiesta.
En tanto, para evitar los daños por golpe de sol, asegura que la medida pasa por utilizar variedades más resistentes. “Hay alternativas como los techos o mallas pero no son naturales y tienen un costo, entonces prefiero irme por la genética. Si me lleno de tecnologías caras para darle la vuelta de mano a la naturaleza, voy a tener un costo más caro, entonces no hago esas cosas. Se me ha tildado de retrógrado y de que desconozco las tecnologías, pero tengo motivos para no hacerlo”.
Los cambios desde 1960 a hoy
Fernando del Valle viene de una familia de inmigrantes de la zona manzanera asturiana, que a su llegada a Chile se dedicó a la ropa interior femenina. En 1930, con algo de dinero, sus abuelos aspiraron a dedicarse nuevamente a lo que siempre habían hecho: los manzanos. Así fue como llegaron a Curicó, particularmente al Fundo El Porvenir, donde comenzaron con las viñas que había en el lugar, para en 1949 incorporar manzanas y perales.
Con este negocio continuó su padre en 1960, mientras que Fernando se incorporaría en 1978. Tras todos estos años sumergido en el negocio frutícola, advierte que se trata de uno muy cambiante. Si cuando comenzó a trabajar existían alrededor de 8.500 productores para 28.000 hectáreas, hoy unos 600 productores se dividen las 32.000 hectáreas existentes, con lo que los productores más pequeños se fueron retirando del rubro.
Asimismo, a modo de ejemplo, comenta que en sus inicios compró una hectárea en el Valle Central a US$ 900, mientras que ahora para adquirir la que está al lado debe desembolsar US$ 30.000. “Un tractor valía US$ 30.000, o sea unas 35 hectáreas. Hoy un tractor cuesta US$ 30.000, es decir una hectárea. El kilo de manzanas valía 35 centavos y hoy vale 30. Es más barato el kilo de manzanas en dólares pero un jornal costaba un dólar y hoy cuesta US$ 30”, recuerda.
Viviendo estos cambios Fernando del Valle asegura que hoy en día entiende los ciclos y ejemplifica que ellos utilizan las máquinas a doble turno por lo que se amortizan más rápido: “Un parcelero ocupa una máquina 800 horas al año, nosotros la ocupamos 2.500 horas al año. Así, a los cinco años la amortizamos, mientras que otro debe esperar unos doce años y cuando ya está obsoleta, todavía no la puede amortizar”, cuenta.
“Por qué sigo yo en esto”, se cuestiona y también se responde: “Entiendo los ciclos, sé que Chile tiene ventajas comparativas y no siempre se van a juntar los factores contrarios para la producción que hicieron que la industria perdiera competitividad”.
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Robert Edition
6 minutes ago