Mundoagro

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Julio Rodiño Durán

Director Editorial

Edición 146

Un voto por la coexistencia

Se puede decir con certeza que Mundoagro tiene tanto lectores como “usuarios” de la revista. De la misma manera como se utiliza un software para realizar una tarea determinada, Mundoagro es valorada y considerada desde hace años como una herramienta técnica y un instrumento de trabajo y ayuda para los agricultores, profesionales, asesores y académicos e investigadores del sector para informarse de lo que está pasando en las diferentes áreas del conocimiento agropecuario. Difundimos información técnica de primer nivel, que a su vez, preparan otros extensionistas, académicos, investigadores y asesores, y en este sentido, somos parte de un círculo virtuoso que se retroalimenta. Tenemos un fuerte énfasis en tecnología aplicada y nos hemos especializado en fruticultura de exportación, sin dejar de lado otros rubros muy importantes como los cultivos anuales, el mundo de las semillas y mejoramiento genético de variedades, y finalmente análisis de mercados. En fin, son muchos los rubros importantes para el sector, y cada uno es fundamental porque todos de alguna manera se conectan entre sí; esto es lo que queremos que se refleje fielmente en nuestro contenido. Queremos también destacar casos de éxito de hombres y mujeres que se han jugado su vida y lo han dejado todo para crear empresas que otorguen trabajo y estabilidad a muchas familias del sector. Todo esto es parte del mismo ecosistema agrícola, inserto dentro de una realidad rural con sus problemáticas sociales y culturales muy particulares.

En todos estos años, hemos conocido y aprendido enormemente de la realidad del sector y sabemos que las bases del desarrollo agrícola que hemos logrado están dadas por muchas variables interrelacionadas. La seguridad jurídica y el respeto a la propiedad intelectual, la interacción público-privada en I+D, un amplio espectro de tratados de libre comercio que le han otorgado a Chile una enorme ventaja en los términos comerciales y liberación de barreras de entrada a múltiples mercados alrededor del mundo. Y estas son sólo algunas de las principales bases de desarrollo que son reconocidas por una mayoría indiscutible, dentro y fuera de Chile. Bases que son compartidas por países como Holanda, Dinamarca, Finlandia, España, Francia y Alemania.

Durante los primeros días de febrero, la Comisión de Medio Ambiente y Modelo Económico de la Convención Constitucional aprobó un artículo transitorio de la iniciativa convencional que “consagra el estatuto constitucional del agua”, el cual caduca los derechos de agua y ordena su restitución en un plazo de dos años. Por otro lado, la misma comisión aprobó una norma sobre “soberanía alimentaria” que entre otras cosas busca:

A. Poner fin a la propiedad intelectual en el desarrollo y mejoramiento de las semillas y materiales de propagación para el sector agrícola;

B. Fijar y regular precios como mecanismo en la producción de alimentos;

C. Apuntar a que la producción de alimentos tenga como finalidad el consumo interno;

D. Señalar la invalidez de aquellos tratados internacionales que no estén en sintonía con esta nueva normativa.

Como medio de comunicación ligado a la agricultura, queremos ser muy firmes en expresar que, con estas definiciones, los constituyentes que han votado a favor de estas iniciativas han dejado en claro su total ignorancia en comprender las bases del desarrollo agrícola del país. Han dejado en claro no entender la estrecha interrelación que existe entre el desarrollo de la agricultura y todos sus rubros, con la drástica disminución de la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales. Ha dejado también en claro que no les importa que la gran mayoría (90%) de los agricultores de este país son pequeños y medianos y que, junto a los grandes, aportan día a día con su trabajo para hacer que este ecosistema se desarrolle integralmente.

Es asombrosa la cantidad de conceptos errados a partir de sesgos ideológicos en un tema que debe ser tratado y definirse desde la ingeniería, con un total énfasis en la sostenibilidad, sustentabilidad y seguridad alimentaria. Estamos seguros de que finalmente primará la sensatez y el análisis desprovisto de estos sesgos ideológicos, y que, si no es en la instancia del pleno, será finalmente el pueblo rural de Chile que, en el plebiscito de salida, rechazará este aberrante conjunto de normas.

Con el legítimo derecho que nos otorga ser reconocidos como expertos en el sector, con la misma seriedad y objetividad de siempre, y con el gran respaldo de nuestros lectores y “usuarios”, que básicamente son un conjunto muy diverso de agricultores y profesionales que quieren lo mejor para el agro chileno, comprometidos con un estilo de vida rural porque lo viven día a día, queremos unirnos al llamado de Fedefruta de “estar atentos y unidos para hacer ver a una sola voz la importancia del sector para la alimentación de la población. Se necesitan todas las formas de agricultura y su coexistencia, para salir adelante en el desafío alimentario, y eso es imposible sin agua”, sin respeto a la propiedad intelectual y seguridad jurídica.

Finalmente confiamos en la posibilidad de valorar, por sobre todas las cosas, la capacidad para escuchar los argumentos del otro, sin descalificaciones y de tomar decisiones desde las necesidades de las personas, las familias y sus fuentes de trabajo, y no desde la revancha y los prejuicios.

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Robert Edition

6 minutes ago

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